El cierre de la frontera de Estados Unidos a las reses de Nuevo León, programado para el 1 de diciembre, llegó en mal momento para los exportadores de la Entidad, pues en los próximos tres años los corrales y engordas estadounidenses necesitarán importar más ganado, señalaron especialistas.
Aclararon que de carne, producto procesado ya sea en cortes o en canal, el Estado sí podrá exportar.
En conferencia con ganaderos del Estado, Randy Blach, director general de CattleFax -organización líder en análisis e información del mercado ganadero-, explicó que esa mayor demanda en la Unión Americana deriva de la baja de casi 3 millones de reses para producción de carne que sufrieron los corrales estadounidenses de cinco de los principales estados productores entre el 2019 y el 2022 a causa de la severa sequía.
Esa baja, detalló, representa cerca de 10 por ciento del inventario de 32 millones de reses para carne que había en el 2019 en Estados Unidos.
En su conferencia “Tendencias mundiales en el comercio de proteína animal”, realizada en el marco de la Expo Agronoreste y Foro Bovinos Carne, Blach añadió que la sequía de esos años redujo de manera significativa los pastizales, lo cual afectó la nutrición de las vacas y en consecuencia la producción de becerros.
El ciclo de exportación de reses a Estados Unidos abarca de septiembre a agosto del siguiente año y en los últimos cinco periodos Nuevo León promedió 30 mil 350 becerros enviados a ese país y de ese tamaño es el impacto del veto que aplicará la Aphis, la agencia de inspección fitozoosanitaria del Departamento de Agricultura de ese país, a partir del 1 de diciembre a las exportaciones de ganado en pie de Nuevo León.
El veto se debió a fallas en los protocolos de movilización de reses en el Estado.
A pregunta expresa de una asistente al evento sobre qué opinaba de la oportunidad que se está abriendo en el mercado estadounidense justo cuando Nuevo León ya no podrá enviar reses para engorda a ese mercado, Blach recomendó no desanimarse, ya que seguramente más adelante lo podrán hacer.
“Les traigo buenas noticias, México (en su conjunto) va a tener la oportunidad de vender más reses y carne a Estados Unidos: tuvimos un golpe muy fuerte por la sequía y sin pastos no podemos mantener el ganado, perdimos casi 3 millones de cabezas desde el 2019 y vamos a tener que importar más reses y carne para la fuerte demanda interna”, expresó.
“En los próximos 3 o 4 años vamos a tener que importar más carne de México, de Canadá y de Australia, la carne mexicana ha perdido un poco de competitividad por la apreciación del peso, pero aun así la calidad de sus cortes compensan esa baja. Nuestro mercado quiere alta calidad y están dispuestos a pagar más por ello”.
En entrevista aparte, Martín González, presidente de la Asociación de Engordadores de Ganado Bovino del Noreste, reconoció la gran oportunidad que se les abre la mayor demanda de carne por parte de Estados Unidos.
Y añadió que espera que pronto la Aphis retire el veto a la exportación de reses vivas de Nuevo León, en razón del reforzamiento de los controles de movilización de hatos que a partir de inicios de julio empezaron a realizar las autoridades agropecuarias de la Entidad y el sector ganadero local.
De acuerdo con un comunicado de los organizadores del evento, González aseguró que lo que no podrá exportarse a Estados Unidos a partir del 1 de diciembre es ganado bovino en pie, pero sí carne.