La relación México-Estados Unidos es vital para el crecimiento económico, la generación de empleos y el bienestar de ambos pueblos, pero, sobre todo, para consolidar la seguridad alimentaria de la región de Norteamérica.
Tan solo de enero a julio, la balanza comercial agroalimentaria de México registró un superávit de 5 mil 793 millones de dólares, impulsado por históricas exportaciones que totalizaron 31 mil 487 millones de dólares, 5.16 por ciento más respecto a igual lapso del año previo.
Por ello es importante el diálogo, la apertura y la cooperación bilateral en todos los temas que tiene que ver con nuestro sector agroalimentario.
Un ejemplo de ello es la estrecha colaboración que están llevando a cabo de México y la Unión Americana para hacer frente a los desafíos del cambio climático y transitar a una agricultura resiliente, con apoyo de la tecnología.
Recientemente, funcionarios y académicos ambos países participaron en un seminario sobre Agricultura Climática Inteligente, donde enfatizaron la necesidad de aprovechar el intercambio de conocimiento, investigación e innovación para impulsar prácticas en agricultura climáticamente inteligente y fomentar la colaboración entre las partes involucradas. Bien por estos encuentros, tan necesarios hoy en día.