En seguimiento a su estrategia para mejorar su estatus sanitario ganadero, el gobierno de Nuevo León ofreció a 10 instalaciones de engorda bovina la oportunidad de retomar sus trabajos, si cumplen con requisitos específicos para apegarse a las regulaciones de trazabilidad en el estado.
Las actividades en estos corrales habían sido suspendidas por la Secretaría de Desarrollo Regional y Agropecuario, esto como parte del plan de trabajo presentado al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), para reactivar los envíos de becerros hacia ese país.
Durante una reunión con los propietarios de estas unidades de producción, el titular del organismo, Marco González Valdez, explicó que los involucrados deberán contar con toda la documentación adecuada, entre la que se encuentra la Guía de Registro Electrónico de Movilidad (REEMO) y el aretado del Sistema de Identificación Individual del Ganado (SINIIGA).
Los bovinos tendrán que portar la marca de Consumo Nacional, identificada por las letras CN, y una vez que las instalaciones sean desocupadas, será obligatorio que se sometan a un proceso de limpieza y desinfección, además un vacío sanitario de 15 a 30 días. Solo si los engordadores cumplen con el SINIIGA y el REEMO, su ganado podrá ser enviado a los rastros, y el personal de estos sitios estará encargado de realizar la inspección correspondiente y tomar muestras para diagnosticar tuberculosis bovina, si los especímenes presentan lesiones.
Adicionalmente, será imprescindible que los corrales tengan un plan de manejo adaptado a la normativa vigente del estado, y que deberá ser autorizado tanto por el gobierno local, como por el USDA y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
Marco González aseguró que la determinación de permitir a estos engordadores continuar con sus trabajos, obedece a que dicha actividad tiene una gran importancia para la economía de la entidad, y representa un beneficio para todo el sector ganadero.