Las emisiones de gases de efecto invernadero de la ganadería bovina en América Latina son menores a las atribuidas por una “mala contabilidad” e impactan mucho menos sobre el calentamiento global, señaló el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en un estudio presentado en la Cumbre del Clima COP28.
El informe, plasmado en el documento ‘Ganadería bovina y cambio climático en las Américas: hacia modelos de desarrollo bajos en carbono’, advierte que las publicaciones que atribuyen a la ganadería bovina una parte significativa de la responsabilidad sobre el cambio climático son equivocadas y están mal contabilizadas.
Según el texto, se adjudica al sector emisiones que no le corresponden, procedentes de otros sectores de la economía, como el industrial, el transporte, el residencial, la distribución o el consumo doméstico.
“Sólo las emisiones de la actividad ganadera son las que deberían imputarse a las cadenas de la carne bovina“, que se limitan al periodo de cría de animales, por lo que el volumen de estos gases expulsados se reduce al excluir los correspondientes a la logística.
Así, el informe de la IICAA, la agencia especializada en agricultura del sistema interamericano, detalló que sectores como el frigorífico, el transporte y la distribución, posteriores a la actividad ganadera, generan gran cantidad de emisiones, ya que consumen combustibles fósiles, responsables principales del cambio climático.
Al atribuírselo a la ganadería, eleva su huella de carbono.
Eso puede llevar a que las estimaciones de emisiones de un producto pueden llevar a que se levanten levantar barreras comerciales en terceros países si éstas son altas.
Eso sería un resultado muy diferente respecto al método propuesto por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), que las separa por sectores específicos las emisiones.
“Hemos sido víctimas en las ultimas décadas de embates muy dañinos para la imagen del sector agropecuario, intentando responsabilizarnos como uno de los mayores causantes de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”, dijo el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Fernando Mattos, en la presentación.
Asimismo, agregó que “es el único sector productivo de la economía que es imprescindible para la seguridad alimentaria y debe interpretarse como lo que es: un sector que captura carbono“.
Por su parte, la secretaria del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil, Renata Miranda, indicó que “cuando hablamos de ganadería y cambio climático debemos hablar de reducir emisiones y de adaptación, porque si no nos adaptamos no tendremos condiciones de producir alimentos en el futuro”.
El director general del IICA, Manuel Otero, recordó en tanto que la ganadería explica la mitad del PIB agrícola de América Latina y el Caribe y que genera divisas por 23.000 millones de dólares con la carne bovina, además de otros 3.000 millones con productos lácteos.