Están en riesgo de muerte miles de cabeza de ganado por sequía, calor y falta de alimentos, concordaron los ganadores de la región.
NOGALES, Sonora.- Hablar de un posible colapso dentro del sector ganadero en el Norte de Sonora pareciera sonar alarmante pero es toda una realidad, y a corto plazo, si la sequía extrema continúa, coincidieron totalmente los rancheros de diferentes municipios de la región. Tanto los ganaderos de Caborca, como de Altar, Trincheras, Ímuris y Nogales ya comenzaron a sufrir los estragos de la sequía y altas temperaturas, aunado a que empieza a escasear el agua y alimento, a campo abierto. Ya hay registros de reses muertas por algunas de estas causas. Para los propietarios que cuentan con menos recursos económicos, para encerrar su ganado y poderlo alimentar, significa un duro golpe al bolsillo y, por incosteabilidad, prefieren dejarlo vagar a su suerte, para ver si logran sobrevivir esta temporada. Tampoco pueden venderlo porque no dan los estándares de calidad requerida en el mercado cárnico. Convergieron que las lluvias que han caído en la región han sido esporádicas y de poco milimetraje lo cual tampoco beneficia a los mantos acuíferos que abastecen a los pozos, mismos que se encuentran “arrastrados” y los “charcos” (pequeños represos) ya se secaron, salvo uno que otro que no aguantará mucho por el excesivo calor y falta de precipitaciones. Ante tal panorama desalentador convinieron que, además, existe la posibilidad que este colapso ganadero abra las puertas a cárnicos de otros países, principalmente sudamericanos, situación que también debilitaría el valor del producto regional sonorense.
IMPLORAN POR LLUVIA Los ganaderos de Caborca y Altar, desde el pasado lunes, comenzaron con un novenario de misas en iglesias (Nuestra Señora de Guadalupe) de su respectiva comunidad para rogar porque llueva, mientras que en Nogales hicieron las mismas rogativas, pero con algunas cabalgatas.
“Tenemos escasos 15 días para colapsar. No cayó una sola gota de agua durante el mes de julio y no nomás aquí sino en todo el estado de Sonora, salvo pequeñas ‘mojaditas’ con ventarrones donde realmente no se ocupaban tanto”, declaró Sergio Bustamante Flores.
El presidente de la Asociación Ganadera Local (AGL) de Caborca, dijo que las escasas lluvias que han caído son engañosas, nada de importancia o que marque, ¿entonces qué va a pasar con nuestro ganado?, se preguntó.
“Pues que nos va durar en pie sólo como 15 días más, porque no tendrán que comer; así es el ciclo de la alimentación. Les alcanzó el alimento hasta mayo o junio y ahorita andan volteando para el cielo. No hay alimento. El ganado ya anda en las últimas. “Tampoco hay como comercializarlo porque todos estamos en la misma situación. No estamos en condiciones de encerrar el ganado y comprarles comida. Eso sale muy caro porque has de cuenta que lo vuelves a comprar”, se contestó.
Bustamante Flores, expresó que inclusive ya comenzaron con un novenario de misas en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, desde el pasado lunes para rogarle a “Tatita Dios” que los socorra con lluvias, antes que el sector colapse.
Si no llueve en 15 días va a haber una generalización de muertes de ganado, no nomás en Caborca y eso va a ser una cosa terrible. Antes, si de perdida le llovía al vecino, con eso nos ‘bandeábamos’, pero ahora no ha llovido nada.
“A los animales ya no les queda ni para el ramoneo (comer ramas en el monte) que dura dos a tres meses y ahorita la poca energía que les queda la gastan buscando donde comer”, reiteró al agregar que la AGL caborquense está compuesta de 270 socios y su hato ganadero sobrepasa las 30 mil cabezas.
EN ALTAR SE DESHIDRATAN Fresia María Pesqueira Escalante, presidenta de la AGL de Altar, tras manifestar que la principal vocación de ganaderos de esa asociación es de reses de exportación (cárnica), expuso que a los productores altarenses no les ha ido nada bien por la extrema sequía ya que han muerto varios animales, por deshidratación –aún no contabilizados-.
Aun y cuando los ganaderos están previniendo esta circunstancia con la aplicación de electrolitos en los bebederos y en las pilas, etcétera, para tratar de sostener hidratado al ganado, se han presentado muertes. “Todavía se cuenta con algo de alimento, pero no hay agua. De alguna forma las sequías pasadas nos han ‘capacitado’ para organizarnos mejor en los potreros en cuestión de alimentación. Pero si no llueve y no hay alimento ni agua para beber esto se pone crítico. Los represos están secos y los pozos muy abatidos”, externó.
Incluso, observó, los ganaderos de los pueblos vecinos del Río Altar, también le han comentado que la están pasando difícil porque hasta la presa Cuauhtémoc –entre Átil y Tubutama- está casi seca por falta de escurrimientos la cual cuenta con poco más de 2 millones de metros cúbicos, aproximadamente, de 45 que es su capacidad. Por lo pronto, a iniciativa de los productores comenzamos una serie de misas (novenario) tras rezar el rosario, a las 5 de la mañana, con apoyo del padre Prisciliano Peraza para hacer las rogativas por las lluvias, ante el Santísimo”, externó. Pesqueira Escalante, indicó que la AGL altarense cuenta con alrededor de 190 miembros, aunque también hay rancheros que no están afiliados, calculando el hato ganadero total en aproximadamente 34 mil cabezas. Respecto a su opinión personal sobre esta problemática, quien también tiene una asignación en la UGRS, dijo que si no llega a llover a corto plazo se vislumbra una sequía igual o peor que la del 2020 y tal vez muchos ganaderos vayan a tener que vender sus animales. “Como parte de la UGRS opino que tiene que haber un plan emergente de alimento para combatir la sequía, por parte de esta dependencia estatal, toda vez que nadie tenía contemplado que iba a haber sequía y que se retrasaran las lluvias, máxime que el año pasado nos fue muy bien”, concluyó.
SUFREN EN NOGALES Jesús García Hurtado declaró que, aunque esta región se caracteriza por ser más “amigable”, la temperatura, durante esta temporada de verano se han presentado calores inusuales y constantes para la zona, los cuales tienen en un predicamento a los ganaderos.
Máxime que no ha llovido como se esperaba y la escasez de alimento, mayormente de ramoneo o pastoreo en el monte, empieza a cobrar factura, señaló el presidente de la AGL de Nogales.
“El agua no nos ha caído como debe ser. Nomás ha llovido por encimita y puras ventoleras. Pero que haya habido una buena lluvia generalizada que remoje parejo el suelo, todavía no, ojalá y Dios quiera que pronto nos mande una buena remojada”, expresó con acento campirano.
TRINCHERAS E ÍMURIS Así también, ganaderos de Trincheras -mayormente de vocación lechera, para producción de quesos- concordaron que, también la sequía los ha vulnerado, ya que están en zona desértica. “Claro que nos ha pegado la sequía y las altas temperaturas, pero no ha sido al igual que en otras regiones porque consideramos que nos preparamos con pastura para los animales, gracias a ese ‘colchoncito’ de la buena temporada que tuvimos el año pasado”, diferenció Simón Mario Ortega Mendívil. El presidente de la AGL de Trincheras, especificó que el organismo aglutina a más de 170 pequeños productores, aunque en total son alrededor de 300 dentro de la población, mismos que son el pilar de la economía del Municipio (producen mil 200 kilos de queso cocido, diariamente). El hato ganadero en esa asociación supera las 15 mil reses.
Consideró que, actualmente, la situación se considera crítica en un 80-90%, en cuanto a la sequía se refiere, porque los mantos acuíferos o aguas del subsuelo se encuentran “arrastradas” por falta de escurrimiento pluvial hacia los mismos. Pero si no llueve en este mes o, a más tardar en septiembre, te puedo asegurar que la cosa sí se pondrá bastante fea para todos en general”, refirió. Por su parte, Alfonso León, ganadero de Ímuris manifestó que, aunque la sequía les está afectando, al igual que en otras regiones del Estado, por su situación geográfica no es la misma problemática.
“Lo que más nos pegó fuerte, a los ganaderos de aquí, fue el reciente incendio forestal que acabó con nuestros pastizales y otras cosas más. Si a eso le aunamos la sequía, pues no tenemos pasto nuevo”.
“Lo que se comían las vacas de un año a otro, ahora no ha vuelto a crecer”, comentó al concluir que “aparte el ganado enflaca cuando no come ‘verde’ porque las pacas secas no contienen los mismos nutrientes…. y sale muy caro estar comprando complementos alimenticios. Está canijo el panorama”.